Una esquina. Una camara fotográfica. Cuatro horas.
El gran atractivo de Kyoto, además de sus calles ocultas, es su gente. Tremendamente simpáticos, divertidos, modernos, contemporáneos. Da gusto entrar a comprar, hasta el último te saluda con una sonrisa de oreja a oreja - lo hacen con todos, ya lo se, pero parece que para ellos eres la persona más importante del planeta -. Dije modernos? hasta la última reponedora del Family Mart ( el Ahorramás de aquí ) esta repeinada hasta la minuciosidad más escrupulosa. Ya pueden ir en bici, andando o en subway, el estilo les acompaña.
(por si alguno anda despistado, haciendo "click" en cada foto se amplia y se puede ver con todo detalle las grandes dotes que tengo como fotógrafo)
El gran atractivo de Kyoto, además de sus calles ocultas, es su gente. Tremendamente simpáticos, divertidos, modernos, contemporáneos. Da gusto entrar a comprar, hasta el último te saluda con una sonrisa de oreja a oreja - lo hacen con todos, ya lo se, pero parece que para ellos eres la persona más importante del planeta -. Dije modernos? hasta la última reponedora del Family Mart ( el Ahorramás de aquí ) esta repeinada hasta la minuciosidad más escrupulosa. Ya pueden ir en bici, andando o en subway, el estilo les acompaña.
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