Aunque no debería, dejar que me queje: aaaaaaaaaayyyyyyyyyhhh. Hoy toca despedirse. Último día. En fin, hay que volver al pasado.
Para rematar la jugada, he ido al mercado de pescado porque es un punto clave y recomendado en todas guías. De 6am a 11am ponen. No era cuestión de llegar el primero, con lo cual estaba allí a las 7.30am - sí, a las 7.30AM -. Y estaba más solo que la una, ya habían finiquitado la mercancía: o no habían pescado mucho o se han dado mucha prisa para arruinarme el madrugón. Ya sé quien inventó eso de Ya está todo el pescao vendido, otro panoli como yo. Para compensar, me he pegado un desayuno de recordar en años. Y después he planificado el día: he vuelto a Roppongi y al Museo Nacional de Arte porque es espectacular, es un hall que te hace sentir como si estuvieras en un lugar importante del planeta. Me he tomado un café en una de las mesas que se ven en la fotografía, como un rey. He seguido andando, he llegado a Harajuku, me he paseado por mi casa favorita, me he comprado unos vaqueros japoneses, he comido en un cafe con vistas a Takebasi Dori, la calle más concurrida del barrio - y algo más caro de lo habitual, pero de Tokyo hay que despedirse a lo grande - y me he tomado un café en una terraza con vista a Omote-Sando para intentar recordar cada edificio. He bajado andando hasta Shibuya mirando a derecha e izquierda para memorizar cada esquina, he hecho un millón de fotos y cuando he llegado al cruze multitudinario he estado dos horas mirando a la gente pasar porque por encima de todo, lo más maravilloso de todo el viaje han sido los propios japoneses. Son tremendamente simpáticos, amables, educados, divertidos y con un sentido del humor sin límites.
Y ahora, como decía aquella gran poeta del s.xx que es Maria Jiménez, Se Acabó. Espero no tener que contar nada interesante del vuelo, así que si os parece lo dejamos aquí. A partir del sábado estoy disponible para que me invitéis a comer, cenar, merendar, una copa, un cinzano, me achuchéis o lo que os parezca. Aunque no hace falta que lo diga, ha sido genial. No se si he sido fiel a país pero desde luego he sido fiel a lo que he vivido. Nos vemos.
Konnachiwa
Para rematar la jugada, he ido al mercado de pescado porque es un punto clave y recomendado en todas guías. De 6am a 11am ponen. No era cuestión de llegar el primero, con lo cual estaba allí a las 7.30am - sí, a las 7.30AM -. Y estaba más solo que la una, ya habían finiquitado la mercancía: o no habían pescado mucho o se han dado mucha prisa para arruinarme el madrugón. Ya sé quien inventó eso de Ya está todo el pescao vendido, otro panoli como yo. Para compensar, me he pegado un desayuno de recordar en años. Y después he planificado el día: he vuelto a Roppongi y al Museo Nacional de Arte porque es espectacular, es un hall que te hace sentir como si estuvieras en un lugar importante del planeta. Me he tomado un café en una de las mesas que se ven en la fotografía, como un rey. He seguido andando, he llegado a Harajuku, me he paseado por mi casa favorita, me he comprado unos vaqueros japoneses, he comido en un cafe con vistas a Takebasi Dori, la calle más concurrida del barrio - y algo más caro de lo habitual, pero de Tokyo hay que despedirse a lo grande - y me he tomado un café en una terraza con vista a Omote-Sando para intentar recordar cada edificio. He bajado andando hasta Shibuya mirando a derecha e izquierda para memorizar cada esquina, he hecho un millón de fotos y cuando he llegado al cruze multitudinario he estado dos horas mirando a la gente pasar porque por encima de todo, lo más maravilloso de todo el viaje han sido los propios japoneses. Son tremendamente simpáticos, amables, educados, divertidos y con un sentido del humor sin límites.
Y ahora, como decía aquella gran poeta del s.xx que es Maria Jiménez, Se Acabó. Espero no tener que contar nada interesante del vuelo, así que si os parece lo dejamos aquí. A partir del sábado estoy disponible para que me invitéis a comer, cenar, merendar, una copa, un cinzano, me achuchéis o lo que os parezca. Aunque no hace falta que lo diga, ha sido genial. No se si he sido fiel a país pero desde luego he sido fiel a lo que he vivido. Nos vemos.
Konnachiwa